El Conductor


Cierta vez, un conductor se desplazaba por una de las carreteras de Estados Unidos a una velocidad excesivamente alta, cuando de repente justo después de una curva aparece un hombre parado en medio de la vía haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante. El conductor sorprendido y a la vez asustado toca insistentemente la bocina para ver si el individuo se quitaba del camino, pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señales de detenerse con sus brazos.

“Debe estar loco” – dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chirrido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de atropellar aquel hombre.

Muy enojado, se baja del carro y dando un portazo se dirige hacia el hombre y le dice:

“¿Acaso no tienes ojos, no ves lo peligrosa que es esta carretera y te atraviesas en ella como si nada, o acaso eres loco para no ver el peligro que corres?”...

“No señor, no estoy loco – le contestó el individuo.- Lo que pasa es que el puente que está en la próxima curva acaba de desplomarse y sabía que si no hacía algo usted en este momento ya estuviera muerto; tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya”

Quizás en la carretera de tu vida algún “loco” como le llaman, te ha obstaculizado el paso para decirte: Que no estas solo y que Dios está en tu corazón, que solo tienes que escuchar el latido de él para saber que ahí está. Y por andar aprisa no has prestado atención..

Quizás hoy yo esté obstaculizando tu camino quitándote unos minutos, pero, ¿qué habría pasado si el conductor hace caso omiso al individuo del camino?... y tú, no te hayas tomado un minuto para tí.

Comentarios