Quizás en nuestras vidas tengamos muchas pruebas por enfrentar, esta parte
es como otra vida para cada ser humano, a cada persona le toca una prueba
diferente, cada sacrificio nos permite valorar aún más lo que se ha perdido. La cárcel es otro mundo, allí aprendemos a
sobrevivir, a sobrellevar la depresión, la falta de cariño. Aprendemos también a
ocupar la mente para olvidar. El tiempo hace que cada quien cambie para bien o
para mal, entre nosotros todavía hay personas buenas y la oportunidad de lograr
un cambio no hay que negársela porque todos somos hijos de Dios.
La rectificación vale mucho, el arrepentimiento aún más, éste es valorado por cada error que cometemos, nunca es tarde para empezar de nuevo, cada uno de nosotros fuimos criados diferentes, todos tenemos la necesidad de una familia, un ser amados, pero a veces eso no ocurre. Todo se aprende y todo cambia, no hay que tener miedo del mundo, de la gente, de la soledad, del silencio o la muerte, somos seres vibrantes en nuestro interior, aunque necesitemos de nuestro prójimo, nunca olvidemos que la fortaleza es nuestra máxima aliada en esos momentos de prueba, nos impulsa a querer llegar y pasar la barrera, a veces callar es lo mejor, escuchar nuestro interior es importante es la voz de Dios que nos guía. Hay muchos seres humanos que han superado las peores adversidades y han logrado construir un destino admirable lleno de prosperidad y gozo.
El mundo y su libertad es la máxima riqueza, disfruta del aire, del sol, la naturaleza, por donde caminemos esta la creación de Dios, por eso es importante aceptar que nunca es tarde, que podemos cambiar el rumbo de nuestras vidas todos somos importantes, llorar nos hace fluir, desahogar lo que no tiene cabida dentro de nuestro corazón. Es sentir alivio, lo que sembramos es nuestro, no tengamos miedo podemos salir adelante, aquí somos una familia sustituta, compartimos nuestras angustias y aprendemos de ello, todo eso nos hace grande, nos hace mejores personas, nos cambia la vida.
Johnneidy Ereu.
La rectificación vale mucho, el arrepentimiento aún más, éste es valorado por cada error que cometemos, nunca es tarde para empezar de nuevo, cada uno de nosotros fuimos criados diferentes, todos tenemos la necesidad de una familia, un ser amados, pero a veces eso no ocurre. Todo se aprende y todo cambia, no hay que tener miedo del mundo, de la gente, de la soledad, del silencio o la muerte, somos seres vibrantes en nuestro interior, aunque necesitemos de nuestro prójimo, nunca olvidemos que la fortaleza es nuestra máxima aliada en esos momentos de prueba, nos impulsa a querer llegar y pasar la barrera, a veces callar es lo mejor, escuchar nuestro interior es importante es la voz de Dios que nos guía. Hay muchos seres humanos que han superado las peores adversidades y han logrado construir un destino admirable lleno de prosperidad y gozo.
El mundo y su libertad es la máxima riqueza, disfruta del aire, del sol, la naturaleza, por donde caminemos esta la creación de Dios, por eso es importante aceptar que nunca es tarde, que podemos cambiar el rumbo de nuestras vidas todos somos importantes, llorar nos hace fluir, desahogar lo que no tiene cabida dentro de nuestro corazón. Es sentir alivio, lo que sembramos es nuestro, no tengamos miedo podemos salir adelante, aquí somos una familia sustituta, compartimos nuestras angustias y aprendemos de ello, todo eso nos hace grande, nos hace mejores personas, nos cambia la vida.
Johnneidy Ereu.
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